Por Iván Zavala Steidel 

La Reserva Federal ha aumentado las tasas hipotecarias para desacelerar la dramática e histórica alza de precios en el mercado inmobiliario y a su vez controlar la inflación más alta que hemos experimentado en décadas.  Eso ayudará a reducir el exceso en la demanda de ese sector en relación con la oferta sin embargo no frenará del todo el aumento en precios debido al limitado inventario disponible para la venta.

https://www.bloomberg.com/news/articles/2022-05-03/housing-market-prices-rise-worsen-inflation-dilemma

No obstante esta medida tiene unas repercusiones diferentes para nuestra economía que los EU.
Para que tengamos una mejor comprensión del impacto del aumento en la la tasa hipotecaria, dos puntos porcentuales se traduce en un aumento en el pago mensual de $325 apara alguien que compra una casa de $350,000 con un pago inicial del 20%. 

Es importante entender que los precios de propiedades en Puerto Rico han experimentado un alza en precios superior a la mayoría de los estados o países del mundo, esto impulsado por dos razones principales. Por un lado las leyes creadas para atraer inversión foránea basada en exenciones contributivas como el acta 60 y segundo la limitación de inventario disponible en gran parte debido a que los constructores durante muchos años simplemente no estaban construyendo lo suficiente para satisfacer la demanda desde la debacle económica del 2006-2008 y el aumento en el abandono de propiedades cuya vida util ha culminado.
Esa falta de inventario unido a las leyes creadas, bajos intereses y otros elementos que mencionaré más adelante han impulsado los precios de las viviendas en PR a un nivel récord en la historia. 
Si bien es cierto que el alza en precios  ha producido un aumento en el patrimonio de las familias puertorriqueñas y una mayor riqueza en su estado de situación (se estima que hemos aumentado en más de 15billones los valores de los inmuebles) por otro lado no es menos cierto que dicho aumento en precios crea una mayor brecha en el índice de asequibilidad lo cual incide en el poder adquisitivo en especial de las familias con ingresos moderados y aquí radica el gran problema. 
La presión que ejercen en los precios inmobiliarios tanto las leyes creadas para atraer inversión foránea unido a la limitación de inventario, aumento en el costo de mano de obra y alza en el precio de materiales de construcción dificultan el que nuestras familias menos aventajadas económicamente puedan tener su propio hogar afectando el índice de asequibilidad a nivel general lo que puede acarrear un escenario gris.
Lo anterior lamentable pudiera desencadenar en invasiones en propiedades abandonadas, emigración tanto de sectores y municipios dentro de la isla como fuera de esta. Las estadísticas demuestran que las familias que son dueños de hogares son más productivas, se integran más en la comunidad, cuentan con estado emocional superior y hasta se ha probado una mayor participación y aprovechamiento académico en los hijos de propiedades cuyo padres son dueños versus alquilados. 
En otras palabras, una disminución en el porcentaje de dueños de hogares es nefasto para la salud económica y social de un País y es menester del gobiernos y el sector privado en atender esta problemática y buscar soluciones antes de que el daño sea irreversible.
Hay soluciones, lo importante es si hay voluntad para atenderlas.

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