Por Iván Zavala Steidel

Mucho se ha hablado de revitalizar nuestros cascos y centros urbanos y transformar dichas áreas en ciudades inteligentes! La realidad es que suena muy bonito e interesante sin embargo hablar de centros urbanos inteligentes en Puerto Rico es como estudiar una profesión en la universidad, graduarse con altos honores, e inclusive pasar el grado y ostentar el título pero tener no tener una idea de nuestra realidad urbana en la isla!

El objetivo de las ciudades inteligentes son aquellas que usan la tecnología como herramienta para optimizar la eficiencia de la urbe y de su economía, siempre y cuando sirva para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y proteger la naturaleza, no obstante en PR hay una realidad lamentable y es el deterioro de las utilidades publicas que por años han sido desatendidas y perjudican enormemente no solo la calidad de vida de sus residentes y comerciantes si no sus futuros desarrollos.

Un gran por ciento de los sanitarios y descargues de aguas pluviales están colapsados, obstruidos y no operan eficientemente lo que crea frecuentes desbordamientos de aguas negras no solo en las calles sino dentro de los locales y residencias.

La capacidad eléctrica es tan delicada que es frecuente los bajones de electricidad lo que ocasiona constantes daños a los equipos de sus residentes y comerciantes.

Las aceras y carreteras están llena de rotos y totalmente descuidas haciendo imposible un ambiente caminante eficiente y seguro en especial para personas mayores e impedidos.

Antes de cualquier desarrollo se comienza con identificar las necesidades reales de la comunidad, que es lo que podemos hacer hoy para impactar inmediatamente su calidad de vida.

Una gran oportunidad que personalmente en mi opinión no se ha capitalizado son los estorbos públicos que no tienen vida útil. estos han podido transformarse en nuevos espacios verdes ya sea para siembra de árboles o huertos para la comunidad, espacios de estacionamientos para servir mejor a sus residentes y visitantes fomentando una escala caminable, cualidad indispensable de un casco urbano, creación de nuevos espacios y plazas públicas para fomentar la integración social tanto de sus residentes y visitantes.

Una de las prácticas que hemos utilizado para fomentar la resiliencia urbana en nuestros proyectos de revitalización ha sido el cooperativismo y te compartiré un simple ejemplo que ha dado grandes resultados, cuando se le arrienda a un comerciante ya sea dueño de restaurante, un taller de un artista o cualquier tipo de negocio estos ofrecen un mínimo de horas a los residentes de la comunidad para que puedan hacer la práctica en sus negocios, de esta manera en el momento que dicho comercio necesite personal puede contar con un residente vecino que ha sido capacitado por el mismo y al estar básicamente a una distancia caminable se reducen las tardanzas e inclusive el ausentismo. Centros urbanos que practiquen este tipo de cooperativismo será más resilientes a la hora de enfrentar desastres naturales como huracanes y pandemias, no solo por la integración de sus residentes, si no por el sentido de pertenecía que se logra alcanzar aumentado el compromiso de todos hacer un bienestar colectivo!

A través de prácticas cómo está no solo se brindan cientos de empleos en revitalizaciónes urbanas y se evita la gentrificación, sino que se genera un impacto social que marca huellas en los seres humanos que residen en dichas comunidades.

He aprendido que la mejor manera de levantar a un drogodependiente es creándole sentido de pertenencia, ofreciéndole la oportunidad de trabajar, y eliminando su ocio.

La inteligencia de las comunidades no comienza con la tecnología, comienza con la sensibilidad de sus desarrolladores y gobernantes en atender las necesidades reales para crear una base necesaria y abrir la puerta un mundo de posibilidades.

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